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Llegó marzo y el retorno a clases es una realidad. El 98% de los colegios abrió sus puertas para recibir a sus estudiantes y equipos de docentes. A pesar de que fueron dos años de clases irregulares, con modalidad virtual y presencial, las altas tasas de vacunación de los grupos de interés permitieron este anhelado regreso.
Uso de mascarillas, delimitación de espacios y sanitización son algunas medidas que han adoptado los establecimientos escolares y que el Mineduc ha recomendado para cuidar la salud de los millones de estudiantes. Si bien, volver a la sala de clases con estrictas medidas sanitarias no es fácil, las ventajas de reencontrarse tanto para docentes como para estudiantes son múltiples.
Para la organización chilena, Fundación Fútbol Más, que trabaja hace cinco años en las escuelas del país, promoviendo la sana convivencia escolar a través del juego y el deporte, los beneficios de retornar a clases radican principalmente en efectos positivos para la salud mental y el aprendizaje de niñas y niños. Daniela Noreña, directora social de Fundación Fútbol Más señala que, “hay que volver a la presencialidad porque creemos que en las relaciones humanas que da la escuela hay mucha fuerza. Sin embargo, debemos ser responsables en plantear que la pandemia no ha terminado y que este retorno tiene que ser seguro, porque debe ser prolongado para los niños y niñas, es decir, que sea un proceso no intermitente”.
Durante el 2020, según cifras del Mineduc, debido a la pandemia un 42% estudiantes vieron reducido su aprendizaje respecto a un año normal; asimismo, durante el 2021 cerca de 40 mil niñas y niños desertaron escolarmente. Frente a esto, la Defensoría de la Niñez, entidad nacional que vela por la protección de los derechos de la infancia, también ha presentado su postura frente al retorno a clases.
“El retorno a clases presenciales es un desafío que debe lograr concretarse en nuestro país. Los niños y niñas no pueden seguir esperando, particularmente los más vulnerables, porque quienes están en colegios particulares, en general, no han perdido clases presenciales en los mismos términos que quienes asisten a colegios vulnerables. En ese sentido, hago un llamado a papás, mamás, o a adultos responsables a que exijan y demanden de sus municipios y de sus comunidades escolares el cumplimiento y la entrega de elementos de protección para niños y niñas”, comentó Patricia Muñoz García, Defensora de la Niñez.
De la misma forma, Noreña comenta que la vuelta a clases no depende solo de las medidas sanitarias que tomen las escuelas, sino que debe haber una institucionalidad nacional que entregue lineamientos claros y realistas a lo que se puede hacer o no en cada establecimiento educacional.
Beneficios de la presencialidad
Frente a las posturas divididas sobre el retorno presencial a clases, la Defensoría de la Niñez y Fundación Fútbol Más entregan siete ventajas de volver presencialmente a clases:
- Profundizar en la alfabetización emocional, lo que permite educar continuamente a los niños y niñas en la expresión y reconocimientos de emociones para que sean un complemento al desarrollo cognitivo.
- Construir una identidad en base a las relaciones interpersonales.
- Potenciar el vínculo significativo entre estudiantes y con docentes.
- Volver a utilizar el espacio público que entrega la escuela para jugar y aprender, tales como: patios de recreos, salas de clases, bibliotecas, etc.
- Aumentar la intensidad de la práctica de actividad física, no solo en las clases de Educación Física, sino que también los recreos.
- Disminuir las brechas de aprendizaje entre colegios particulares y municipales, en comparación a la formación virtual.
- Las familias restablecerán rutinas que les permita hacerse cargos de los roles que cumplen dentro del hogar aportando a la convivencia entre los integrantes.
Los beneficios para el desarrollo socioemocional de niñas y niños son múltiples, sin embargo, los desafíos, también. Desde Fundación Fútbol Más, señalan que uno de los principales retos va dirigido a los y las docentes y a los equipos de convivencia de las escuelas, siendo este generar espacios seguros para la contención emocional en los niños y niñas, es decir, que puedan sentir confianza, tanto física frente a la pandemia, como emocional, para desarrollarse libremente.