El terremoto de 7.1 de magnitud que en septiembre de 2017 afectó a gran parte de la zona centro de México, quedará marcado como una de las mayores catástrofes en la historia del país. Un momento que trajo consigo tristeza e incertidumbre, pero que terminó significando una oportunidad para mostrarle al mundo la resiliencia del pueblo mexicano.

En ese momento, Carlos Hurtado, profesor de educación física, se encontraba en el preescolar de la escuela donde trabajaba. Rápidamente, al sentir como se movía la tierra, prestó asistencia y la ayuda necesaria para que todos los niños y niñas se encontraran bien.

A inicios del año 2017, la Fundación Futbol Más había abierto operaciones en una comunidad de la Ciudad de México. Era un equipo pequeño que comenzaba a escribir la historia de la organización en el país y que, debido a la circunstancia del terremoto, debió adaptarse y crecer rápidamente.

Como en muchas otras oportunidades a lo largo de los 15 años de Fútbol Más, Unicef confió en la metodología que la fundación desarrolla en contextos de desastres naturales para desarrollar una intervención conjunta en Oaxaca y Morelos, lugares que también fueron tremendamente afectados por la catástrofe.

De inmediato, profesionales de ambas organizaciones fueron a conocer los albergues para que el 1 de enero estuviese listo el inicio de las sesiones en los seis lugares donde se ejecutaría el programa que duraría seis meses de intervención. El objetivo debía ser reestablecer los derechos de la infancia, desde un modelo de resiliencia aplicada en el juego y el deporte, entendiendo que uno de los grupos más afectados en este tipo de situaciones es la niñez.

Las primeras sesiones fueron de involucramiento, sin categorías. Con un megáfono, entremedio de las carpas de los albergues, los niños y niñas acompañaban ese recorrido con sus casacas de Fútbol Más. Se logró convocar a muchas personas.

Uno de los profesionales que entró en enero de 2018 a hacerse cargo del desafío de llevar adelante la intervención en Morelos fue justamente el profe Carlos, o Carlitos, como se le conoce en los barrios. Carlitos pertenece a un equipo de tutores que comenzó casi a la par del nacimiento de Fútbol Más en México, por lo que conoce a cabalidad la metodología y ha podido ser testigo de los cambios que el programa ha generado en la infancia y sus comunidades.

Uno de esos cambios fue justamente el que tuvo el programa en Morelos, ya que la intervención en albergues duró casi un año y luego debió adaptarse a una intervención más comunitaria. Los lugares escogidos para llevar a cabo esa transición fueron Niños Héroes y Altavista. Fue justamente gracias a una de las líderes que actualmente realizan las sesiones en el barrio, que se logró dar con la cancha de Altavista, quien luego de algunas gestiones con el municipio, ayudó a que Fútbol Más pudiera iniciar el programa en noviembre de 2019.

Pero el terremoto no sería el único de las emergencias que el territorio debió afrontar en poco tiempo. Esto porque al poco tiempo de haber iniciado el programa, la pandemia de Covid-19 ya había llegado a México. Fue un golpe fuerte, porque en un principio hubo mucha participación, pero no se había logrado profundizar lo suficiente con la metodología. Una vez más, Fútbol Más y la comunidad, debieron reinventarse y esperar para volver a la cancha.

Hoy en día, son casi 50 niños y niñas las que asisten de manera regular a las sesiones que la fundación realiza dos veces a la semana. La particularidad es que son realizadas por cuatro mujeres líderes bajo la formación y acompañamiento del profe Carlitos. “Ellas se llevan mi respeto y el de la comunidad porque son las gestoras de todo esto. Prácticamente han levantado al barrio y han trabajado todo este tiempo con los niños y niñas”, dice Carlos.

En este momento, la comunidad de Altavista se encuentra en un proceso de capacitaciones de nuevos líderes, el cual terminará el mes de diciembre. La idea es que puedan graduarse en esa fecha como líderes en formación, líderes monitores y líderes mentores, según corresponda el caso. También se dará inicio con el Partido de mi Barrio en la comunidad. De aquí a diciembre la idea es que estén participando con esa línea de intervención y poder gestionar redes que vayan en beneficio de las niñas y niños en el barrio.

Tras cinco años y medio en la fundación, el profe Carlitos hace una reflexión sobre su proceso, “siempre dije que Fútbol Más llegó a mi vida como el trabajo ideal. Amo enseñar y amo el fútbol. Es algo diferente. Los que no conocen Fútbol Más, piensan que solo vienen a jugar fútbol y cuando nos conocen se dan cuenta que se llevan aprendizajes. Esa enseñanza la llevan durante toda la vida. La infancia está cambiando su mentalidad y eso es gracias a Fútbol Más”.

El Fútbol Puede Transformar la Realidad.