A 3.600 metros de altura en la Sierra Central del Perú, en Región de Pasco se encuentran las comunidades de Huarautambo y Astobamba. Reconocidas por su arqueología precolombina, un sólo puente Inca las separa. En ellas viven cerca de 150 familias.
Hasta este lugar, inmerso en la Coordillera de Los Andes, el año 2018 llegó la Fundación Fútbol Más, gracias al financiamiento de Tinka Resources, a potenciar las comunidades a través del juego y el deporte.
La llegada no fue fácil. Intervenir o insertarse en un territorio con una cultura ancestral no es fácil. Además, ambas comunidades se caracterizan por una rivalidad de siglos por temas territoriales. Sin embargo, el fúbol todo lo une. Fueron los dirigentes de las distintas juntas de comuneros, quienes debieron dar el pase para comenzar la intervención que se extendió por un año y medio.
Inició en junio de ese mismo año, con una participación de 70 niños y niñas. Los talleres sociodeportivos se realizaban cuatro veces a la semana, dos en la cancha de Huarautambo y dos en la de Astobamba. El primer año fue de reconocer e involucrarse; los niños y niñas con la metodología sociodeportiva; y la organización, con la cultura del sector.
Pasadas las primeras semanas, las niñas y niños ya vibraban con los talleres de fútbol. En sus rostros se reflejaba esa sonrisa característica cuando veían llegar a los tutores de las sesiones. Los abrazos propios de los más pequeños y pequeñas de la zona se hacían sentir.
Acostumbrados al juego competitivo y los conflictos, las familias agradecían el espacio que otorgaba Fútbol Más. “Fue una intervención muy bonita, pudimos ver cómo las comunidades se unieron a través del fútbol. Olvidaban los enfrentamientos cuando estaba la pelota de por medio. El compartir los espacios les ayudó bastante”, comenta Jimena Chavez, Directora Social de Fundación Fútbol Más en Perú.
En 2019, producto de los buenos resultados se suma la comunidad de San Juan de Yanacocha. Este segundo período estuvo enfocado en la formación de jóvenes líderes y liderezas. Un proceso de formación completo en que los más grandes de la cancha se comprometieron por el crecimiento de su comunidad. Durante todo el año, se esforzaron para participar del encuentro nacional de líderes y liderezas que se realizaría en Lima los últimos meses. “Se auto gestionaron todo para viajar, iban a la plaza a vender, o en sus comunidades, también cuando habían encuentros comunitarios. Siempre estaban haciendo algún tipo de actividad”, recuerda Jimena. El resultado: participaron cerca de 15 jóvenes de Huarautambo, Astobamba y San Juan de Yanacocha en el encuentro que acogió a más de 65 jóvenes de todo el país, en donde pudieron intercambiar experiencias y conocer distintas realidades y culturas.
Fútbol con polleras
A modo de reivindicar la cancha como un espacio para todos los géneros, las mujeres y niñas de Pasco se plantan frente al balón con sus polleras: faldas largas y coloridas con las que representan el empoderamiento femenino. Culturalmente las polleras signican la fuerza de la mujer andina, y esto es lo que ellas quieren llevar hasta la cancha para resignificar el espacio.
En Fútbol Más, está forma de jugar de a la pelota se convirtió en un tradición en los encuentros, mucho menos ruda que la tradicional, pero con el mismo sentido. “Incluso hubo espacios en que los profesores se pusieron polleras para ir rompiendo estos estigmas de que los hombres no pueden usar polleras. Fue muy interesante”, comenta la Directora Social.
En los pocos años de intervención, todos y todas quienes conforman las comunidades de Huarautambo, Astobamba y San Juan de Yanacocha adquirieron grandes aprendizajes a través fútbol: a terminar con estereotipos de género determinados por el machismo, a valorar lo positivo de las cosas, a unirse por un objetivo en común, pero sobre todo, a escucharse y aceptarse a pesar de las diferencias.